Penas amarillas
¿Qué es esta pena amarilla que la mañana de domingo de otoño me trae,
me instala?
Y ese miedo (quieto y espeso)
que flota siempre en mí
tan mancha de aceite en el agua estancada.
Miedo de brea, de mirada vana
Y esa culpa perenne
culpa agarrapateada
Casi antes del pensar
casi culpa por ser
Casi culpa (pero sólo casi) antes de ser.
Las copas amarillas de los árboles flamean apenas por el apenas viento
Atrás hay otras copas
Verdes
quizá rojas
otras amarillas
La vida pasa
La casa
la que compro y la que anhelo
Y un velo
cada vez más tenue, sí.
Pero siempre velo