Messi - La evolución del líder

Emociones previas a la final del Mundial 2022

Publicado en Facebook, el 13 diciembre 2022


Quizá el hecho de tener a Messi como referente pueda enseñarnos algo a los argentinos. Enseñarnos algo, además de la alegría extraordinaria que nos acecha ahora que estamos en la final de un nuevo Mundial.

"Enseñarnos", digo, para lo cual estaría bueno disponerse a aprender.

Porque Messi viene a suceder a Maradona. Viene a liderar hoy aquello que ayer lideró quien, para los que ya tenemos 50, fue el más grande jugador de futbol que hayamos visto. Quizá hasta hace unos días.

Y digo, hasta hace unos días, porque lo que ha mostrado Messi en este Mundial es completamente inesperado en un futbolista de su edad. Su determinante importancia en el juego, sus decisiones, su inconcebible habilidad, la manera de proteger la pelota cuando se da cuenta que no puede ganar desde lo físico.

Todo.

Todo Messi ha sido extraordinariamente extraordinario en este Mundial.

Sin embargo, en mi opinión, eso no ha sido lo único. Y, ni siquiera, lo mejor o lo más importante.

En mi opinión, lo mejor es cómo este señor ha asumido el liderazgo de un equipo plagado de estrellas, cómo nos está enseñando una nueva manera de liderar.

Y es aquí donde, definitivamente, Messi se diferencia de Maradona.

Donde, en mi criterio, se da una evolución.

Porque en todo lo otro, en todo lo estrictamente futbolístico, son comparables, en un nivel en donde no debe haber más de 5 comparables en toda la historia y entonces se puede discutir (en esa discusión eterna e inservible, aunque apasionante) quién es mejor. En este sentido, ambos transitan, con matices diferentes, los mismos carriles.

Sin embargo, en la manera de liderar, no.

En este ítem, Messi, se diferencia. Es distinto. Nos plantea, sin proponérselo, seguramente, una superación de la idea de líder.

¿En qué punto se ve con más claridad esta diferencia?

Messi no pelea con nadie.

No tiene enemigos. Y no los tiene porque no los necesita.

Messi no necesita un otro a quien odiar para hacerse fuerte.

Apenas un par de frases (en las que la palabra "bobo" fue la más resonante) ante holandeses que lo hostigaron antes y durante. Apenas eso en todo el Mundial. O, si quieren, casi en toda su carrera.

Porque ¿cuántas son las filmaciones en las que Messi aparece enojado, odiante, crispado, insultando a otros?

Y, sin embargo ¿cuántas son aquellas en las que Maradona aparece de esta manera? Contra la FIFA, contra Pelé, contra los ingleses, contra los italianos que silban el himno, contra Toressani, contra el norte de Italia, contra Barcelona, contra los que le cortaron las piernas, contra Passman (que también la tiene adentro), contra...

Siempre hay un otro a quien Maradona odia. A quien Maradona necesita odiar.

Y no lo digo con crítica, lo digo como un dato. Porque el odio lo llena de fuerza, el odio le da intensidad.

El odio lo hace ser.

Messi no es así (y, hasta no hace mucho, se le criticaba esto). Messi no se nos muestra odiante. Seguramente se enojará, odiará y puteará contra otros, como hacemos todos.

Pero no es un líder odiante.

Cuando no alcanza los objetivos baja la cabeza y trabaja. Y trabaja. Y trabaja.

No busca culpables afuera.

Trabaja.

¿Por qué se da esta diferencia entre los dos más grandes jugadores que dio nuestro país? No lo sé.

Quizá porque Messi juega al fútbol, pero es más que eso. Quizá porque se da cuenta de que su genialidad sólo está en un campo de juego y que afuera es sólo una persona más. Quizá porque no se siente más que otros.

Hay un video de los que circulan, en el que el hijo de Messi le pregunta

"Papá ¿Por qué te ganaste el Balón de Oro (el último de 7 que ganó)?"

Y él responde "No sé".

La respuesta es tan rotunda como inconcebible... si la pensamos en Maradona.

Porque quizá Maradona sólo era si era el mejor. Y sus recursos internos/psicológicos/emocionales no le alcanzaban para ser sólo una persona más.

Porque para ser sólo una persona que juega al fútbol se necesita más estructura psiquica/emocional que para ser El Diego.

Quizá por eso, Messi no pelea, porque no necesita ganarle a nadie. No necesita ser mejor que nadie.

Porque sólo juega al fútbol. Quiere ganar el Mundial, no ganarle a otro.

Y así, sin pelear con nadie, lidera.

Y nos muestra, nos regala, nos propone, un nuevo tipo de líder. Una evolución en el líder.

Messi es la evolución del líder que fue Maradona.

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El año próximo, en mi querido país, habrá, nuevamente elecciones.

¿A qué tipo de líder elegiremos?

Personalmente, no tengo dudas que la inconcebible pobreza de nuestros líderes (de los partidos que quieran) se ve, fundamentalmente en cuánto tiempo pasan hablando mal de otro o, dicho de otra manera, cuanto necesitan de un enemigo contra quien arremeter.

En mi opinión, la regla es clara: Cuanto más tiempo se pasa una persona hablando mal de otra, más bajo es el nivel psíquico/emocional que posee. Y menor la estructura adulta.

Por eso ¿qué lideres elegiremos?

¿Elegiremos a líderes con carencias personales evidentes e indisimulables, que no pueden hablar más de 10 segundos sin culpar a otros de sus propios fracasos, que ante una realidad que no es como quisieran no pueden contener su ira y pasan horas maldiciendo a extraños que siempre fueron extraños o a extraños que hasta hace 5 minutos fueron propios y que, además son quienes están en el poder o en la oposición alternadamente hace años y años y que nunca reconocen un mínimo error en un país que ellos mismos nombran como en grave crisis?

¿O elegiremos un líder silencioso, que ante la adversidad se calla, trabaja, no busca culpables, trabaja, se hace cargo de lo propio, trabaja, cambia, trabaja, se reinventa, trabaja... y a lo sumo dice "bobo", para después decir "son cosas del partido"?

¿Podremos, los argentinos, querer a Maradona como lo queremos, pero no repetirlo hasta el hartazgo en los líderes que elegimos? ¿Podremos soportar un líder diferente, un líder que sólo quiera ganar en la cancha, pero que no se crea dueño de la verdad y que, fundamentalmente, sienta que es una persona más? ¿Podremos soportar un líder que simplemente no sepa por qué le dieron un premio?

Creo que nuestro destino inmediato tiene mucho que ver con qué tipo de líder elegiremos.

Maradona ha sido un futbolista extraordinario. Messi aún lo es.

Sin embargo ¿cómo queremos los argentinos que sea nuestra vida? ¿Más bien como la de Maradona? ¿O más bien como la de Messi?

Ojalá nos vaya bien.

El domingo.

Y el año próximo.