La (no) zona de confort
Publicado en Facebook, el 22 de abril 2019
En mi opinión, nada es menos confortable que la mal llamada
"zona de confort", porque en ella el sujeto se encuentra siempre
angustiado y detenido en su crecimiento.
Por ello, considero que cuando los terapeutas llamamos "zona de
confort" a esa zona proponemos una manera de pensarla que deja al sujeto
en un (falso) dilema: O bien tiene que quedarse en una zona (aparentemente)
confortable que lo detiene en su crecimiento o bien tiene que crecer yendo hacia
una zona no confortable.
En realidad lo que suele llamarse "zona de confort" yo
prefiero llamarlo "zona calentita". ¿Por qué "calentita"?
Porque allí el sujeto se encuentra nuevamente con su madre (a veces con su
padre); allí encuentra el calor materno que ahora lo detiene en ese estadio
infantil y que, evidentemente, va contra su actual necesidad de crecer hacia la
adultez.
Así, en mi criterio, el (falso) dilema desaparece; el sujeto ya no tiene que
optar entre el confort y el no confort sino entre seguir siendo un niño
"acunado" por su madre cuando en realidad ya es un adulto biológico o
ser un verdadero adulto en el mundo, con los precios que todo adulto en el
mundo tiene que pagar: La soledad, la intemperie y, por un tiempo al menos, el
frío.
Porque todo cambio de nivel, todo crecimiento significativo implica un precio; porque todo crecer es, una vez más, salir del útero materno y dirigirse, temblantemente hacia el mundo de "allá afuera"... y abrazarse lo más posible en el camino.