El amor a los Padres - Agradecer y Cuestionar


Agradecer y cuestionar. De eso se trata el amor adulto hacia los padres

Porque sólo agradecer me deja fijado a la infancia. Y sólo cuestionar me deja fijado a la adolescencia. Por eso: Agradecer y cuestionar. De eso se trata el amor adulto hacia los padres

Y para ello se necesita darme permiso para habitar mi enojo con mis padres 

y soportar la culpa de habitar mi enojo

y soportar la intemperie de la infancia terminada

y soportar no ser el hijo que mis padres hubieran querido tener, pero tampoco lo contrario

y soportar la abismal profundidad de la vida, y preferirla a la intensidad de mis padres (y así no buscar la intensidad de mis padres en la vida)

y soportar que mis padres son sólo personas. Y que yo también lo soy

y soportar decir que sí al amor de mis padres. Y decir que no a su locura

y soportar no deberles nada (pero no pagando, sino entendiendo que no les debo nada, así como mis hijos nada me deben a mí)

y soportar quererme allí donde no me quisieron. Y que otros me quieran allí donde no me quisieron (y donde yo no puedo quererme aún)

y soportar ser tan importante para otros y, a la vez, no ser imprescindible. Y que otros sean tan importantes para mí y que, a la vez, no sean imprescindibles. 

Porque el amor adulto es tan complejo. Tan alejado del blanconegrismo que permanentemente se nos insta a ser...Que sólo en el agradecer y cuestionar me voy des-cubriendo, como sacando-me una capa más de quien no soy para ver-me un poco más, y un poco más, y un poco más